Hay un pequeño texto de Antonio M. Battro, escrito en 2002, en una especie de panfleto llamado "Aprender hoy", núm 3, de nombre "un chorro de cariño".
Me llamó mucho la atención cómo describe a una niña escribiéndole una carta a su mejor amiga: la letra parece dibujarse a través de sus manos, que cambian el color de la tinta, hacen dibujos y colorean los márgenes. En sí, el "chorro de cariño", no es sólo escribir una carta, sino el empeño que se pone al hacerla, con gráficos que muestran nuestra devoción.
De la misma manera, parece que ahora, ese "chorro de cariño" no se ha perdido, está presente en los colores e imágenes de la internet, en un correo electrónico en el que acomodamos las palabras para alguien en especial y damos click sabiendo que llegará de forma inmediata, y quizás, en el mismo momento, recibiremos respuesta...
Es decir, ayer, como hoy, las muestras de cariño son y están, no dependen del medio, dependen de la condición humana.
